¡S.O.S! La Declaración Anual está aquí y el SAT está al acecho
Ciudad de México - Ha llegado esa temida época del año en la que los contribuyentes mexicanos sudan frío, revisan sus estados de cuenta con terror y buscan desesperadamente facturas que jurarían haber guardado en "una carpeta bien organizada". ¡Es temporada de Declaración Anual y el SAT lo sabe!
Los contribuyentes obligados a presentar su informe fiscal tienen hasta el 31 de marzo (personas morales), el 30 de abril (personas físicas) y, para las donatarias autorizadas, ya ni les decimos porque el 17 de febrero fue su fecha límite (pero igual pueden rogar por una prórroga).
El SAT, con su ojo fiscal omnipresente, nos recuerda que cumplir con estas fechas no solo es "recomendable", sino obligatorio si no queremos acabar con multas que van desde $1,810 hasta $22,400 pesos, sin contar los sustos que podrían dar las auditorías fiscales. ¡No queremos despertar con una notificación sorpresa del SAT pidiendo explicaciones sobre esos ingresos misteriosos!
Los cambios que (supuestamente) benefician Si formas parte del Régimen Simplificado de Confianza (RESICO) y no superas los 3.5 millones de pesos anuales (en caso de personas físicas) o los 35 millones de pesos anuales (para personas morales), podrías librarte de la declaración anual. ¡Pero no cantes victoria! Aún así, tendrás que seguir presentando declaraciones mensuales, porque el SAT nunca deja de vigilar.
La guía rápida para no acabar llorando
- Reúne tus documentos fiscales (RFC, contraseña, constancia de ingresos, deducciones personales y un rosario para rezarle al SAT).
- Ingresa al portal del SAT y reza para que no se caiga en el intento.
- Verifica que la información prellenada no tenga "errores misteriosos".
- Calcula si te toca pagar o si, milagrosamente, tienes saldo a favor.
- Envía tu declaración y descarga el acuse de recibo como si fuera tu boleto de salida del inframundo fiscal.
Las deducciones, esos pequeños milagros Aprovecha deducciones personales como gastos médicos, colegiaturas, intereses de créditos hipotecarios y aportaciones a tu Afore. Pero ojo: deben estar facturados a tu nombre y con tu RFC, porque el SAT no perdona errores ni distracciones.
En resumen, la Declaración Anual está aquí y no hay escapatoria. Si quieres evitar un susto financiero, mejor hazla a tiempo y con cuidado. Y si tienes saldo a favor... ¡bienvenido al selecto club de los afortunados que el SAT deja respirar (al menos por esta vez)!
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